
Bloo nació el 12 de junio de 2006. Por primera vez su madre abandonó la camada y tuve que cuidarle, ayudada por mi otra gata. La madre volvió a tener una camada en la que perdió la vida, sólo queda él... el bichito rojo.
Hace unas semanas, no llega a un mes, mi gatito Bloo se escapó de casa un momento.
Cuando se quisieron dar cuenta, llegó muy mal, con la patas derechas (delantera y trasera) sin movilidad. En esas condiciones lo llevamos a una veterinaria cercana donde le observaron y tras contar lo sucedido, le hizo una pequeña cura en un rasguño de la oreja y que le lleváramos a otro veterinario para hacerle una radiografía o algo. Probamos de todo para ver si sentía algo, pero nada, ni siquiera dolor al pincharle la veterinaria con una puntita de aguja. Nada.
Pues al poco tiempo le llevamos a una clínica de Guadalajara donde lo primero que nos dijeron es que con toda seguridad habría que amputar, que era algo neurológico y seguramente no recuperaría la movilidad. También que al arrastrar la pata se haría llagas que serían muy molestas para él. Nos negamos a la amputación, yo tenía fe en una posible recuperación, había que darle una oportunidad al cuerpo de Bloo de recuperarse. Le mandaron unas vitaminas y corticoides.
Pasaron unos días y parece que poco a poco intentaba hacer movimientos, pero estaba en general algo débil y no se movía mucho. La pata trasera ya la movía bien, pero en la delantera ocurrió algo inesperado... no tenía la uña que equivale a nuestro pulgar, se la había arrancado de cuajo, porque por ese lado de la mano no la arrastraba.
Hubo que hacer un pequeño apaño casero y... parece que en unos días se le iba cerrando pero la parte donde estaba el dedo, seguía abierta y con el hueso asomándose... tenían que ponerle al menos un punto o se le quedaba el hueso por fuera.
Le volvimos a llevar al veterinario. Le enseñamos que había recuperado sensibilidad y movilidad hasta el codo; le puso un punto en el pequeño agujero y listo! parecía que todo iba mejorando notablemente.
Después de todos estos esfuerzos para que moviera la pata, horas y horas jugando con él, haciéndole moverse... era capaz de dar manotazos a los juguetes, a las otras gatas... y volvió al chalet donde hasta ahora estaba con unos parientes.
Ahora ocurrió lo peor de todo, Bloo, poco a poco sin apenas darnos cuenta en tan sólo un día y medio se había comido la pata!! cuando nos avisaron fuimos a ver como lo tenía y de verdad asustaba...
Lo que la última vez era una patita pelada, con una herida casi inapreciable, con el punto cerrado bien.. se había convertido en una garra gigante, desgarrada, con los tendones fuera, desangrándose, con marcas de mordiscos. Fue terrible verle en aquella situación. Debe ser que le molestaba "eso", la pata muerta y se dedicó a comérsela, como encima no sentía dolor...
Me puse muy nerviosa y finalmente le volvimos a llevar esa misma noche al veterinario, pero a otra clínica que sabía que tenía 24H.
En resumen, no podían operarle, pues el cirujano no estaba de urgencias, le limpiaron la pata y le pusieron un supervendaje hasta el hombro para que no continuara con el destrozo. Esa noche durmió en casa con nosotros esperando para poderle operar en cuanto se pudiera.
El cirujano al día siguiente nos dijo que ambas clínicas hacía poco tiempo se turnaban las guardias por estar físicamente cercanas y que por ética profesional prefería que le operase su veterinario.
Y bueno, finalmente y tras mucho lío de aquí para allá, le operaron hace unos días...
Le amputaron todo el miembro, incluyendo la escápula.
Ahora está aquí, felizmente tumbado en mi cama con las otras gatas, mientras una le está mordisqueando el collar isabelino.
Mi niño Bloo! que habría hecho yo sin sus ronroneos... no tiene pata pero eso a él no le importa y a mí tampoco :)